El mayor problema a la hora de gestionar un webminar o una clase online es la distancia emocional y personal entre el formador y los alumnos o asistentes. Esta barrera es la que crea ese muro de hielo entre ambas partes que puede dar a una relación más fría en el transcurso de las sesiones. En esta entrada veremos cómo gestionar mejor esta distancia.

Para reducir este problema al máximo se pueden crear una serie de técnicas que pueden ayudar a reducir esta brecha y que todo salga mucho mejor.

1. A nivel de planificación antes de la formación, será necesario que los alumnos conozcan la plataforma de teleformación o webminar, para que sepan cómo configurar su equipo para asistir sin problemas, comprobar que funciona correctamente sus micrófonos y que saben compartir la pantalla de su ordenador para facilitar correcciones de ejercicios. Para ello lo ideal es que antes del curso los alumnos o asistentes reciban un video o guía explicativa sobre el funcionamiento de la plataforma y verificar mediante una sesión de ejemplo que todo funciona correctamente. Lo ideal es que se haga días antes de la formación para que los alumnos dispongan del tiempo y medios adecuados para cuando vaya comenzar la formación.
2. Hacer una presentación de los alumnos al principio de la primera sesión. Esto ayuda a romper el hielo con los alumnos desde el principio, ya con el formador, donde se les haga una serie de preguntas básicas:
   • • Su nombre y situación laboral (empresa, por si son varias, si son desempleados. etc…)
     • Temas de conciliación/inclusión. Podrían surgir cuestiones que tienen que ver con la conciliación laboral en la asistencia al curso, como tener que llegar tarde alguno o varios días, o salir un poco antes para ir a hacer alguna gestión o reunión. Esto ayuda también al formador a adaptarse a nivel de planificación de las sesiones en el tiempo de formación. Usar un lenguaje inclusivo puede chocar al principio pero puede servir para que personas diversas se sientan también incluidas en el proceso formativo.
     • Su conocimiento previo sobre el temario de la formación. Esto ayuda al formador a saber mejor el perfil de las personas que acuden y a adaptarse mejor a la situación de los asistentes. Además ayuda a que todos los integrantes sean conscientes de los distintos perfiles de los asistentes, para mejorar su empatía con los demás.
     • Sus expectativas del curso. Esto permite visualizar con claridad que esperan los alumnos de la formación y la adecuación de los contenidos en el caso de ser necesario. Este punto debería de haberse tratado con anterioridad en la planificación del curso, pero como sabemos, muchas veces esto no se hace de manera correcta y es necesario hacer ajustes en tiempo de formación. Se suele decir que se manejan sprints de uno o dos días, si es posible, para ajustarse los contenidos a las necesidades reales.
     • Con todos estos datos, se crea un vínculo, aunque débil, donde las personas al tener que expresarse ya van perdiendo el miedo a hablar delante se sus compañeros y el profesor.
     • El profesor debe mostrarse en todo momento abierto a las aportaciones de los alumnos en cada pregunta, con una escucha activa y cercana a las necesidades de cada persona.
3. Después pasaremos a explicar la metodología que empleemos en la formación. Haciendo especial incapié en que pueden preguntar en cualquier momento las dudas que tengan. Esto frena la reticencia inicial que tienen a la hora de intervenir y participar el clase. Su fomento debe realizarse siempre que se pueda. Refleja que todas las personas aprenden de maneras diferentes y que es posible que necesiten explicaciones distintas, porque cada persona es distinta y tiene trasfondos distintos y referencias distintas.
4. Conecta la cámara siempre que puedas. El hecho de que te vean y no sólo tu pantalla es importante para crear esa cercanía, el lenguaje corporal es importante también a la hora de explicarse, sobre todo en el siguiente punto.
5. Haz bromas, hace que parezcas cercano. Al crear un ambiente más relajado, sobre todo cuando los alumnos vienen de un entorno muy empresarial, se relajan también las dinámicas sociales y laborales, debe de dejarse claro que esto no es la oficina sino que es un entorno de formación, con otros tiempos y otras dinámicas. Diviértete! no dudes que lo que tu estás sintiendo lo sienten también los alumnos. Trata de estar entretenido y de transmitir ese sentimiento.
6. Haz descansos más a menudo. Las clases online requieren mucha más concentración que una clase presencial. Por lo que es contraproducente que no hagas sesiones muy largas, sobre todo del apartado de teoría. No hagas sesiones superiores a los 50 ó 60 Minutos. Haz descansos de no menos de 10 minutos por hora, esto ayudará a relajar las clases y permitir a los alumnos que puedan estar más distendidos en los descansos.
7. Recuerda a los alumnos que están en tiempo de clase, que deben estar atentos y participando siempre que puedan, bien haciendo preguntas o bien haciendo aportaciones en clase.
8. Hazles preguntas en clase a los alumnos, para que puedan participar de manera más activa, tanto en las explicaciones como en la parte práctica.
9. Haz muchos ejercicios simples, que afiancen la teorías y los ejemplos. Encadena de manera teoría y práctica en menos de 2 horas. Vete simultaneando siempre que puedas estas dos partes, de la manera que no se hagan pesadas las clases.
10. No olvides estar muy encima de los alumnos sobre todo cuando hagan la parte práctica, pregúntales como van, cada X tiempo, para que sientan que también estás preocupados por ellos.

Y hasta aquí el decálogo de la la formación online en directo, muchas de estas recomendaciones pueden aplicarse también a la formación presencial, pero es muy importante como norma de oro que intentes adaptar los contenidos a esta nueva manera de dar las formaciones y sobre tu actitud a la hora de afrontarlas.

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